La conciencia es uno de los mayores misterios de la humanidad. A pesar de los avances en la neurociencia y la psicología, aún no se comprende completamente cómo surge y qué procesos la sustentan. Sin embargo, dos estudios recientes del Instituto de Neurociencias del Trinity College de Dublín, Irlanda, sugieren que la respuesta a este enigma podría estar en la física cuántica.

En el mundo cuántico, las certezas de la física clásica dan paso a una dimensión de probabilidades. Las partículas no tienen ubicaciones fijas, sino una probabilidad de existir en un lugar y momento determinados. En esta escala, también se observan fenómenos que pueden parecer extraños, como la conexión entre objetos aunque estén distanciados. Estos estudios sugieren que nuestros cerebros podrían funcionar como computadoras cuánticas.

El cerebro es como un &https://theblackboxlab.com/wp-content/cache/background-css/theblackboxlab.com/?wpr_t=17140734508216;computador cuántico&https://theblackboxlab.com/wp-content/cache/background-css/theblackboxlab.com/?wpr_t=17140734508217;: teoría de cómo surge la conciencia

Para entender cómo los científicos llegaron a esta conclusión, es necesario examinar el experimento que realizaron. El primer estudio, llevado a cabo por el Dr. David López Pérez y Christian Kerskens del Trinity College, utilizó máquinas de resonancia magnética modificadas para escanear los cerebros de 40 individuos. La resonancia magnética es una técnica que permite obtener imágenes del interior del cuerpo mediante el uso de imanes potentes. En el caso del cerebro, se pueden observar los cambios en la materia gris y blanca y el flujo de la sangre.

Lo que los científicos observaron en el escáner fue el comportamiento de los protones en el cerebro. Los protones son partículas subatómicas que se encuentran en la mayoría de los núcleos atómicos. El experimento de resonancia magnética utilizó la señal de los protones para observar la conexión cuántica en el cerebro.

Los científicos constataron que se registraba una conexión cuántica entre los protones del cerebro. &https://theblackboxlab.com/wp-content/cache/background-css/theblackboxlab.com/?wpr_t=17140734508220;Los protones interactúan entre sí, es como que están ahí separados y de repente se establece una relación&https://theblackboxlab.com/wp-content/cache/background-css/theblackboxlab.com/?wpr_t=17140734508221;, explica López Pérez.

Para explorar el funcionamiento del cerebro, los investigadores aplicaron una herramienta desarrollada en el pasado para intentar probar un fenómeno llamado &https://theblackboxlab.com/wp-content/cache/background-css/theblackboxlab.com/?wpr_t=17140734508220;gravedad cuántica&https://theblackboxlab.com/wp-content/cache/background-css/theblackboxlab.com/?wpr_t=17140734508221;. Esa herramienta señala que cuando hay dos sistemas cuánticos conocidos que interactúan con un sistema desconocido, si los sistemas conocidos se entrelazan, entonces el desconocido también debe ser un sistema cuántico. En el experimento con la MRI, los sistemas conocidos son los protones que se entrelazan. Y el sistema desconocido con el que interactúan es la función cerebral.

En el experimento, los investigadores afirmaron que los protones están entrelazados porque hay una función que está mediando ese entrelazado, y para ellos esa función es la conciencia que hace de mediadora. &https://theblackboxlab.com/wp-content/cache/background-css/theblackboxlab.com/?wpr_t=17140734508220;No podemos medirla directamente, pero medimos los protones&https://theblackboxlab.com/wp-content/cache/background-css/theblackboxlab.com/?wpr_t=17140734508221;, señaló López Pérez.

Los estudios realizados por el Instituto de Neurociencias de Trinity College de Dublín son solo una de las muchas investigaciones que se están llevando a cabo para entender mejor el cerebro humano y cómo funciona. Pero la idea de que nuestro cerebro funciona de manera similar a un ordenador cuántico puede tener implicaciones significativas para nuestra comprensión de la conciencia, el aprendizaje y la memoria.

Por ejemplo, si el cerebro utiliza procesos cuánticos para realizar tareas cognitivas, podría explicar por qué somos capaces de realizar ciertas tareas cognitivas con mucha más facilidad que las computadoras convencionales. Las computadoras clásicas utilizan bits, que solo pueden tener dos valores: 0 o 1. Los bits cuánticos, por otro lado, pueden tener múltiples valores, lo que significa que pueden realizar múltiples cálculos simultáneamente. Si el cerebro utiliza procesos cuánticos para realizar tareas cognitivas, podría explicar por qué somos capaces de procesar información de manera tan rápida y eficiente.

Además, si los procesos cuánticos son una parte importante del funcionamiento del cerebro, entonces la comprensión de estos procesos podría conducir a avances significativos en la medicina y la neurociencia. Por ejemplo, podríamos desarrollar nuevas terapias para tratar enfermedades neurológicas como el Alzheimer o el Parkinson.

Pero, como señala López Pérez, todavía hay mucho trabajo por hacer antes de que podamos entender completamente cómo funciona el cerebro a nivel cuántico. &https://theblackboxlab.com/wp-content/cache/background-css/theblackboxlab.com/?wpr_t=17140734508220;Aún no sabemos cómo explicar el entrelazamiento cuántico en el cerebro&https://theblackboxlab.com/wp-content/cache/background-css/theblackboxlab.com/?wpr_t=17140734508221;, dice. &https://theblackboxlab.com/wp-content/cache/background-css/theblackboxlab.com/?wpr_t=17140734508220;Es algo que se necesita investigar mucho más&https://theblackboxlab.com/wp-content/cache/background-css/theblackboxlab.com/?wpr_t=17140734508221;.

En resumen, los estudios realizados por el Instituto de Neurociencias de Trinity College de Dublín sugieren que nuestro cerebro podría funcionar de manera similar a un ordenador cuántico. Si se confirman estos resultados, podrían tener implicaciones significativas para nuestra comprensión de la conciencia, el aprendizaje y la memoria. Sin embargo, todavía hay mucho trabajo por hacer antes de que podamos entender completamente cómo funciona el cerebro a nivel cuántico.